• Recuerdos del futuro: Rendición

    martes, junio 22, 2010

     

    Rendición


    Cuenta tu propia historia y serás interesante. No te contagies del mal verde de la envidia. No te dejes engañar por el éxito y el dinero. No dejes que nada se interponga entre tu arte y tú".

    Louise Bourgeois


    Y nada importa ya.
    Llegar hasta el dolor, hasta las lágrimas.
    La rabia como un animal salvaje devorando los restos de su ataque.
    Ya no duermo, pero sueño. Sueños absurdos adornados de hastío.
    Me he rendido? Me he rendido! Seguramente me haya rendido.
    Me dijeron, atraviesa las preguntas hasta que encuentres una que te haga enfrentarte a la mentira en la que habitas.
    Ya no duermo, pero descanso eternamente.
    Entre estos muros no hay calor ni frío, sólo rabia, angustia y vacío. Duele el pecho y las lágrimas caen por gravedad.
    Preguntas, preguntas, preguntas.
    No quiero formular preguntas ni encontrar respuestas.
    Me duele, me duele, me duele.
    ¿Qué sentido tiene buscar la fuente de este dolor? Sólo sé que arrastra, me ha encontrado la catástrofe, y ya no quiero luchar. Sobrevivo aterrada y el horror me ha vencido.
    Vencida, vencida, vencida.
    Olvidada de mi misma, apagada ,amargada enfrentada a nada, nada importa;
    todo queda en una traza, en un retazo inmenso, como un surco de sangre infinita.
    Si todo esto es imaginacion mía, ¡que esfuerzo inutil enfrentarme a nada!
    Si todo esto es esfuerzo inutil, ¿que sin sentido el dejarse derrotar por todo?
    Hundida, ahogada, devastada.
    Lleguemos al peor instante.
    ¿Cuál es el peor instante?
    Éste, en el que me rindo, éste, en el que me doy por vencida. Éste en el que pierdo la batalla y mi orgullo me condena.
    Éste, en el que toda realidad se convierte en nula.
    No quiero formular preguntas porque no me importan las respuestas.
    Ya no me importan las respuestas, ni las conveniencias, ni los acuerdos.
    No quiero estar bien, alguien tiene que pasar por esto para que nadie más pase!
    No me importan las respuestas.
    He buscado el consuelo en los muros que me atrapan y lo he encontrado. Quizá, amor mío, ya habitas también en los muros, en las paredes inertes y sólo a través de mis lágrimas puedo verte.
    No quiero buscar respuestas. Sólo seguir adelante.
    No sé por qué ni para qué.
    Adelante.

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