jueves, enero 02, 2025
Ah, look at all the lonely people
Me parece absurdo contar caracteres para poder completar una pagina por lo que voy a escribir para poder hacer una pagina de prueba que me permita, también, dejar libre mi pensamiento.
Este 1 de Enero cometí dos errores. Estar obsesionada con la red social X y arrugar todo un rollo de papel albal. En el segundo caso, mi madre en su casa, tenia dos rollos empezados y se me ocurrió enrollar uno en otro, para aprovecharlo y poderlo poner en el portarrollos; craso error, porque como lo hice demasiado rápido y descuidadamente, si el rollo tenia todavía 30 metros de los 50 metros que suelen tener, se empezó a arrugar y arrugar, de modo que se apelotonó y luego no era posible que deslizara cómodamente desde el porta rollos del albal. ¿Por qué decidí ensañarme con el pobre rollo de papel albal, quedando prácticamente inutilizable, cuando quería que fuera útil? Por querer controlarlo todo, por supuesto, es algo que hago inconscientemente, de un modo muy extraño. Porque, honestamente, nada está bajo mi control, en la mayoría de los casos, y sobre todo, tendría que tener el detalle de consultar con la gente de mi alrededor antes de planificar estos estropicios. En vez de hacer un bien, provoqué un pequeño desastre.
Me doy cuenta de ello, intento de alguna manera, de un modo un tanto obsesivo, dejar una pequeñita huella en el mundo virtual. Antes caminaba por esa senda ficticia -no aceptando cookies, solo las recomendadas, no dejando comentarios- como aquellos monjes de ancestrales creencias que, para no pisar hormigas, van barriendo antes de cada paso; pero si yo fuera uno de ellos, también barrería después de cada pisada, para que ni siquiera pudiera dejar una sola constancia de mi presencia. De este modo, avanzar se eterniza como el camino de un caracol por una escalera infinita.
En esa soberbia, de controlarlo todo pero por otro lado no hacerme notar, para estar libre de hacer lo que quiera y que no se note mi presencia, de todo juicio propio y ajeno, me muevo pendularmente hasta volverme a veces un poco loca, y volver locos a los que tengo a mi alrededor. Quizá porque mi temperamento artístico intenta de algún modo, como el niño pataletas, hacerse notar. Por eso pienso que el arte, para ser arte, debe sublimarse, buscar o al menos aspirar a un objetivo de belleza y verdad, que lo haga bueno para entregar al mundo. Todo lo demás es un ejercicio de onanismo vacío.
Es solo soberbia y egoísmo, lo sé, pero te juro que me estoy quitando, o al menos intentándolo. Al menos darme cuenta y cortar la amarra del globo que inflo del gas inmenso de mi ego para intentar subir hasta el espacio exterior.
Ah, se me olvidaba, estoy empezando a moverme por X, pero soy tremendamente inexperta y torpe; cada vez que escribo un hilo, intento que sea de algo que me guste, y creo que no me salen hilos malos, pero ya que es onanismo complaciente, al menos intento que sea de cosas bellas que, aunque hayan creado otros, poder compartir. Compartir con la nada, porque quienes más se alimenta de estos juegos florales son los algoritmos. Qué curioso, pensaba que sólo yo se entretenía alimentando a la Bestia de las Palabras. Luego está la vorágine de la opinión. Allí si que no soy más que una hormiga en un baile de elefantes. Que me dirás, qué sentido tiene que una hormiga tenga ningún interés en meterse en mitad de un baile de elefantes, pero que le voy a hacer, una hormiga es una hormiga y su pequeño tamaño le permite estar en mitad del mundo sin hacerse notar mucho, a sus cosas, pero también viendo a los demás. No porque pueda hacer lo mismo que los otros, pero puesto que compartimos el mundo, al menos esta hormiga chilla con su vocecita en mitad del coro, un coro de voces múltiples y confusas, ofuscadas y desafinadas en la mayoría de los casos.
Pero ¿sabes porqué comencé a entrar a escribir en X, cuando llevaba años siendo solo una mirona, una leona, una cotillona? Para evitar seguir enrollando un rollo de papel albal en otro hasta arrugarlo, hasta dejarlo inservible. Para no dar tanto la lata a los que tengo alrededor y si algo se me pasa por la cabeza que me parezca bonito, compartirlo.
Para dejar de escuchar al grupo de música country folk que me deleita en mi cabeza con preciosas canciones de banjo y arpa de boca; la mayoría de las canciones no tienen letra, pero tampoco me dejan tregua.
Después viajé para volver a mi rutina habitual, que es donde estoy ahora, y debo realizar mi tarea habitual, pero por suerte, no para mi, sino para otros.
Creo que por eso he empezado a entrar en X, a escribir en X. Porque, además de jugar con los algoritmos, darles morralla con la que entretenerse, me fascina la gente, la buena gente, saberla encontrar, compartir, conocer sus pensamientos e inquietudes, rezar por ella.
Toda la buena gente...
https://www.youtube.com/watch?v=HuS5NuXRb5Y