lunes, febrero 28, 2005
Mar adentro
El cine español lo ha conseguido. Este año, el Oscar a la mejor película extranjera lo ha obtenido Mar adentro, la mejor película española de todos los tiempos, presentes y venideros. Exagero, ¿verdad?, pero al menos lo hago conscientemente, no como alabanza vana.
Galicia y su hermosura parecía no existir antes de esta película. Ni la fortaleza de la gente sencilla que cada día lucha y muere en la tierra. La música nunca había sido mejor usada para describir la belleza de unos paisajes que nadie antes, ni siquiera en su imaginación, se había atrevido a cruzar. El mar, como un abismo inconmensurable. Vivimos con los ojos cerrados si no habiamos visto antes toda esa belleza.
La historia de un hombre que estaba cansado de "ser una cabeza viva atada a un cuerpo muerto".
Y el reflejo de la muerte, la mujer atrayente que te conquista, te devora y te olvida.
Es una historia real. Recuerdo haber visto hablar a Ramón Sampedro. Un hombre fascinante, es cierto. Pero no un mesías, no un redentor, no un lider triunfador ante las instituciones arcaicas. Es un hombre que libremente se suicidó, al menos así lo veo yo. Sus razones eran las suyas, únicas, propias, justas o injustas, pero eran sus razones. La película emociona... por supuesto, es obvio; Chaplin decia que es más fácil hacer llorar que hacer reir.
El triunfo de Mar adentro no es ni será el de Ramón Sampedro. Porque su triunfo fue hacer su voluntad.
Mientras tanto, me alegro que Mar adentro haya triunfado para poder olvidarla, olvidar toda la parafernalia, politización, juicios, condenas, prejucios, mentiras, publicidad, frivolidad, polémicas, debates, absurdos que han surgido alrededor, y que han conseguido que la aborrezca sinceramente, hasta la naúsea: por ello no puedo ser objetiva; y a dejar que pase el tiempo...
Que pueda volver a verla y disfrutarla como lo que realmente es: una buena película.
Nada más y nada menos.
Galicia y su hermosura parecía no existir antes de esta película. Ni la fortaleza de la gente sencilla que cada día lucha y muere en la tierra. La música nunca había sido mejor usada para describir la belleza de unos paisajes que nadie antes, ni siquiera en su imaginación, se había atrevido a cruzar. El mar, como un abismo inconmensurable. Vivimos con los ojos cerrados si no habiamos visto antes toda esa belleza.
La historia de un hombre que estaba cansado de "ser una cabeza viva atada a un cuerpo muerto".
Y el reflejo de la muerte, la mujer atrayente que te conquista, te devora y te olvida.
Es una historia real. Recuerdo haber visto hablar a Ramón Sampedro. Un hombre fascinante, es cierto. Pero no un mesías, no un redentor, no un lider triunfador ante las instituciones arcaicas. Es un hombre que libremente se suicidó, al menos así lo veo yo. Sus razones eran las suyas, únicas, propias, justas o injustas, pero eran sus razones. La película emociona... por supuesto, es obvio; Chaplin decia que es más fácil hacer llorar que hacer reir.
El triunfo de Mar adentro no es ni será el de Ramón Sampedro. Porque su triunfo fue hacer su voluntad.
Mientras tanto, me alegro que Mar adentro haya triunfado para poder olvidarla, olvidar toda la parafernalia, politización, juicios, condenas, prejucios, mentiras, publicidad, frivolidad, polémicas, debates, absurdos que han surgido alrededor, y que han conseguido que la aborrezca sinceramente, hasta la naúsea: por ello no puedo ser objetiva; y a dejar que pase el tiempo...
Que pueda volver a verla y disfrutarla como lo que realmente es: una buena película.
Nada más y nada menos.
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editado por #MO* @ 4:35 p. m.
