Recuerdos del futuro

Ultimamente estoy bastante desganada con esto de escribir, lo cual no me mola un pelo porque creo que escribir es una de las cosas que más me complace y debo decir que soy muy muy hedonista.

Recuerdo que el otro día soñé con una frase : " si te conformas con migajas, sólo obtendrás migajas".

Me desperté con un cabreo impresionante. Porque me da mucha rabia que mi subconsciente, aunque sea adormilado, piense eso.

Supongo que nunca he sido ambiciosa, o quizá me muevo entre extremos. Pienso que o todo o nada, o blanco o negro, sobre todo cuando se trata de mi misma.

O escribo o enmudezco y desaparezco... Quizá soy ya demasiado mayor para cambiar, o demasiado cría para tomarmelo en serio.

Me pregunto si algunas veces nos traicionamos a nosotros mismos, y nos conformamos con migajas o somos tan orgullosos como para reconocer que ni siquiera eso nos llena.

¿No cumplir con nuestras propias expectativas es traicionarnos? ¿Conformarnos con migajas es traicionarnos? ¿O lo es rechazar las migajas que te arrojan?

Mi mayor ambición es ser yo misma. A veces me despisto, me aburro, me aletargo, y se me olvida.

Pero por suerte, despierta o dormida, puedo contestarme a mi misma. No, no me conformo con las migajas, porque no son migajas aquello que libremente es compartido.

Aquello que entregamos y recibimos, sin esperar nada más, no creo que sean migajas.

Porque no hay mayor lucha que la de conocerse uno mismo. Y conquistar la propia felicidad. Y poder libremente compartirla.

Asi es, a veces, casi siempre, escribimos aquello que queremos leer, aquello que necesitamos escuchar.

Aunque sea nuestro propio eco.